Por Jaime 
En noviembre de 2025, la Fiscalía General del Estado se quedó sin cabeza visible luego de que su titular, Álvaro García Ortiz, fuera condenado por un delito de revelación de secretos, lo que derivó en una sanción de inhabilitación para desempeñar su cargo durante dos años. (El País)
Ante esa situación, el Gobierno decidió impulsar un relevo urgente. En una comparecencia el 25 de noviembre, comunicó que su propuesta para sucederlo era Teresa Peramato. (Ministerio de Política Territorial)
¿Quién es Teresa Peramato?
- Tiene una trayectoria como fiscal de carrera de más de 35 años. (El País)
- Actualmente ocupa un puesto de alto rango: es fiscal de sala jefa de la Sección Penal de la Fiscalía del Tribunal Supremo. (El País)
- A lo largo de su carrera, ha estado especialmente vinculada a la lucha contra la violencia de género: fue fiscal delegada para la Sección de Violencia sobre la Mujer en la Fiscalía Provincial de Madrid, y durante años ha ocupado cargos responsables de la protección de víctimas y la tutela penal en estos delitos. (El País)
- Su perfil ha sido destacado por sus pares del ámbito jurídico como de “reconocido prestigio” y de trayectoria “intachable”. (Ministerio de Política Territorial)
El proceso de nombramiento
El procedimiento para designar fiscal general del Estado en España sigue una serie de pasos establecidos legalmente:
- El Gobierno propone un candidato — en este caso, Peramato — tras valorar su experiencia y trayectoria. (Ministerio de Política Territorial)
- Esa propuesta se somete al escrutinio del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), que evalúa si el candidato cumple los requisitos legales — más de 15 años de ejercicio, prestigio, idoneidad profesional, etc. (El País)
- El CGPJ, en su sesión más reciente, aprobó por unanimidad que Peramato cumple dichos requisitos. (Jurisprudencia)
- Tras ese aval, el siguiente paso es que la candidata comparezca ante la Comisión de Justicia del Congreso, donde los distintos grupos podrán valorar su perfil y plantear preguntas. Si todo sigue su curso, finalmente será nombrada oficialmente por el Rey. (El País)
Mientras se completa el proceso, y en función de la publicación oficial del cese del anterior fiscal general, su sucesora tomará posesión del cargo. (Europa Press)
¿Por qué se considera una propuesta significativa?
La elección de Teresa Peramato ha generado atención por varias razones:
- Su perfil pone el foco en una larga trayectoria judicial centrada en la protección a víctimas de violencia de género — un área sensible, con gran impacto social.
- Representa continuidad institucional en el seno de la carrera fiscal: es una fiscal de carrera, con amplia experiencia interna, lo que puede dar estabilidad tras el episodio de la condena de su antecesor.
- Su designación llega en un momento delicado: la Fiscalía venía de una crisis de confianza tras la condena a García Ortiz. Con ello, el Ejecutivo busca recuperar credibilidad del organismo.
- El hecho de que el CGPJ —con sus fuerzas de diverso signo— aprobara por unanimidad su idoneidad, da un respaldo amplio desde la judicatura, lo que podría facilitar su aceptación institucional. (Jurisprudencia)
Retos que tendrá en su nueva responsabilidad
Asumir la jefatura de la Fiscalía General del Estado en este contexto conlleva diversos desafíos:
- Restablecer la confianza institucional luego de una crisis de credibilidad: garantizar la imparcialidad, la transparencia y la profesionalidad serán fundamentales.
- Atender demandas sociales crecientes en materia de violencia de género, protección de víctimas, derechos fundamentales y justicia penal, áreas en las que su experiencia será clave.
- Manejar la expectativa pública y mediática: su perfil y su nombramiento generarán un escrutinio especial, por lo que la gestión de comunicación institucional también será importante.
- Asegurar estabilidad en la Fiscalía en un periodo de transición, manteniendo el ritmo de trabajo y la independencia del Ministerio Fiscal.
Conclusión: Un momento de inflexión para la Fiscalía
La propuesta de Teresa Peramato como nueva fiscal general del Estado marca un momento clave para la Fiscalía española. No solo porque representa un relevo institucional, sino porque su perfil —con décadas de experiencia y especialización en violencia de género— puede significar un giro hacia una Fiscalía más enfocada en los derechos de las víctimas y en la estabilidad institucional tras una crisis.
Aunque todavía no ha finalizado el proceso legal de designación, el aval del Consejo Judicial y su trayectoria consolidan su candidatura como una opción sólida. En cualquier caso —y como ocurre en todos los nombramientos de alto nivel— su éxito dependerá tanto de su capacidad profesional como de su habilidad para restaurar confianza y garantizar la independencia del ministerio público.